Las náuseas y vómitos pueden aparecer pocas horas después del tratamiento y son muy frecuentes. Su intensidad es variada dependiendo del medicamento y de la dosis, y suelen desaparecer varios días después. Cuando son intensos o prolongados, pueden originar malnutrición, deshidratación, mala tolerancia a la quimioterapia, rechazo al tratamiento y disminución de la calidad de vida del paciente. ¿Cómo debemos actuar ante ellos?